Resulta que el 23 de abril, históricamente, ha sido un día en el que varios reconocidos escritores han muerto: desde Miguel de Cervantes Saavedra, pasando por William Wordsworth y llegando hasta el enorme William Shakespeare.
Por si fuera poco, en 1923 el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés propuso celebrar el Día del Libro a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. La propuesta quedó archivada hasta que tres años después, en 1926, el rey Alfonso XIII decidió aprobarla.
Así las cosas, el siete de octubre de 1926 se celebró por vez primera el Día del Libro, pero en 1930 se instauraría de forma definitiva para el 23 de abril.
El Siglo de Oro (Cortesía de © 2021 Ander Ediciones)
En cualquier disciplina artística, sin que nadie se de cuenta ni se lo espere, ocurre algo maravilloso. En un intervalo perdido en el tiempo, de pronto, se producen una serie de hechos extraordinarios, que en su conjunto dejan una huella imborrable en la historia. Una porción de excelencia y genialidad que nace, para quedarse impresa en el Olimpo del recuerdo. En el episodio de hoy, vamos a indagar en la magia que proporcionaron aquellas plumas y tinteros, en los siglos XVI y XVII, más conocidos como; El siglo de oro. el siglo de oro español
Las perlas de la Literatura Española
Esta cápsula en el tiempo, ubicada entre los movimientos Renacentista y Barroco, dejaron un joyero repleto de perlas literarias y autores excepcionales. Un periodo histórico donde las artes y las letras florecieron con un brillo especial. De manera tácita y latente, hay una porción de esta esencia entre las líneas de obras como. «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», de Miguel de Cervantes, cuya escritura se inició en el año 1605, o. «La vida es sueño», de Pedro Calderón de la Barca, escrita en 1635.
Genios de la época
Otros de los artistas que también aportaron gran valor a los inicios de esta Edad Dorada, fueron;. Lope de Vega 1562-1635, Tirso de Molina 1579-1648 o Francisco de Quevedo 1580-1645, entre otros. Poetas, escritores y dramaturgos, que con su voluntad, entusiasmo y calidad literaria, dejaron, en alguna parte, una luz cultural encendida para siempre.
En esta época dorada, surgieron mutaciones en las estructuras y estilos de las diferentes formas de expresión. No solo literarias, sino también musicales. Influencias que provenían de la Toscana italiana y sus mecenas, dieron un vuelco. Saltando del idealismo renacentista, las obras y su lenguaje pasaron a adquirir un campo semántico diferente. Un tono oscuro, honesto, real y detallista, propio de la literatura Barroca.
Un género, el cual creó un acercamiento hacia el propio ser humano. La Epifanía y la Mística, perdían fuerza frente a los versos, novelas y ensayos que expresaban los más puros sentimientos e inquietudes cotidianas y personales de aquella generación. Unas almas, que necesitaban y plasmaron un grado superior de sinceridad en sus obras, causando un gran impacto. Palimpsestos que manifestaban la cruda situación política y social que vivía España en aquellos años. Una expresión sin tapujos, ironizada y con una nueva genialidad picaresca.
Entre estas obras se encontraban «Fuenteovejuna», del gran dramaturgo Lope de Vega, publicada en 1619. Un retrato de la corrupción, el drama y el desencanto social que impregnaba las calles de las ciudades y los pueblos de la península ibérica. Ambientada en Fuente Obejuna, municipio español de la provincia de Córdoba, en tiempos de los Reyes Católicos (1474-1514), fue compuesta en tres actos y escrita entre los años 1612 y 1615.
El drama se presenta con una peculiaridad, ya que el protagonista de la trama no es uno, sino el colectivo (Los habitantes del pueblo). Una pieza simbólica, enfocada en darle fuerza y voz a la defensa de los derechos humanos y, que se presenta como una fiel muestra contra la opresión y el atropello que practicaban los gobiernos, reyes y mandos de las cortes. (Aunque hayan pasado 400 años, no han cambiado mucho las cosas desde entonces…).
Legado Literario
Eran tiempos de crisis, de depresión económica, de enfermedades mortales y epidemias tales como la peste. De hambre, lágrimas y sufrimiento. Cuando escuchamos la frase «El siglo de oro», nos imaginamos años de dicha y abundancia. Pero nunca debemos olvidar, que lo que produce los cambios e impulsan la creatividad y el ingenio del ser humano, siempre son y serán el dolor y la necesidad. El poder imperecedero e inescrutable, que se produce cuando la oscuridad se transforma en luz. Gracias a todos aquellos genios, que dejaron su corazón y su alma entre las páginas. Gracias a ellos, hoy tenemos un nombre, un pasado, y una razón por la que seguir luchando.
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